jueves, 4 de diciembre de 2008

Infancia


Cuando estaba en primaria era considerada una niña mediocre, incluso creo que podría decir más, era considerada una niña con un futuro poco prometedor. Supongo que el ambiente en el que vivía era el idóneo para deducir que sería una chica de barrio humilde que con mucho esfuerzo podría llegar a ser algo parecido a una secretaría.
Mi maestro de tercer y cuarto curso era un auténtico maltratador de niños. Gracias a él casi nadie de mi clase quiso estudiar, creó un gran trauma sólo al hecho de ir a clase cada día. Era un hombre déspota, frustrado, amargado que sencillamente odiaba su trabajo. Nos insultaba, nos agredía mentalmente y físicamente, su mayor objetivo era demostrar que él era el que dominaba, una tarea demasiado fácil si consideramos que "enseñaba" a niños de 8 y 9 años.
Mi vida familiar no era ideal, mi padre era alcohólico, aunque repetidamente dejaba de beber unos meses en los que parecía darnos esperanzas de que podría sobrevivir. Mi madre sufría constantemente la situación de graves problemas económicos, un marido enfermo y cuatro niñas a las que no podía atender debidamente.
Recuerdo que siendo una niña ya tenía preocupaciones, el desarrollo de mi autoestima no iba en buen camino. Mi abuela, a la que adoro, se encargaba de compararnos a mi hermana gemela y a mi con niñas que yo ya consideraba tontas.
No fuí una niña "normal", tenía preocupaciones, tenía que salvar a mi padre y tenía problemas adultos de los que ocuparme, y sí, no tenía tiempo para aprenderme las tablas de multiplicar ni dedicarme a hacer bonitas manualidades. ¿Cómo podría hacer una cesta de mimbre de colores cuando ya tenía angustía existencial?

7 comentarios:

codromix dijo...

y a pesar de los presagios salio una mujer estupenda y muy interesante y con la cabeza bien amueblada,no? si es que no se pueden hacer apuestas de futuro ... a ese profesor yo lo inhabilitaba fijo, con la edad estupenda que son los 8-9 años y lo importante que son para el futuro...

Anónimo dijo...

Es terrible que se te haya juntado el problema de tu familia con un profesor incompetente. Aún así, le demostraste con tu vida que estaba equivocado. Yo tampoco fui una niña normal: tímida, hipersensible y con la autoestima por los suelos. Un beso.

Anónimo dijo...

Me horrorizan aquellos que sabiendo de su superioridad sobre unos niños abusan de ello.Yo tuve una profesora que se reia constantemente de nosotros y nos llamaba tontos en toda la cara,más de una lloraba pensando en que tenia razón,a determinadas edades todo lo que te dicen te lo crees...qué cabrón,eso no es educar.Lamento que tuvieras que pasar por situaciones dificiles de niña,pero afortunadamente todo cambia.Un beso

La chica de ayer dijo...

Ser niño siempre es duro cuando lo vives en primera persona... pero si estás rodeada de esa situación aún más!

Anónimo dijo...

creo que es importante no asumirse víctima de por vida, te lo digo por experiencia: "En proceso de adueñamiento".

Ángeles dijo...

Hola Evemary, nunca me he considerado una víctima, ni siquiera cuando lo he sido. Si escribo sobre mi pasado es pq es parte de mi vida y siempre me ha servido para darme cuenta de todo lo que he conseguido y de lo orgullosa que estoy de mi misma.
Saludos

Anónimo dijo...

Ay como odio a esos maestros q no adoran su trabajo. Yo soy maestra y nunca vaticinaría nada sobre el futuro de mis niños.. ellos y solo ellos van a decidir q van a ser.. así q yo solo les ayudo a q crean q depende de ellos.. besso
Por cierto, se equivocó totalmente, pq eres un pedazo de mujer. besos