jueves, 3 de abril de 2008

Cicatrices del pasado

Tengo cicatrices del pasado en mi memoria, en mi alma y en mi cuerpo. Sobre las cicatrices de mi memoria y de mi alma es sobre lo que escribo. Tengo una cicatriz en mi espalda, en la parte del hombro derecho. Yo le llamo cicatriz, pero es un tatuaje con forma de mariposa.
Mi mariposa está en mi cuerpo desde hace ya casi 6 años. Antes de tener mi mariposa tenía el nombre del monstruo. Podéis pensar que soy una de esas locas que hacen esa clase de locuras por amor, y es que es verdad, lo soy, soy una loca enamorada del amor. Lo único malo de haberme tatuado su nombre fue la razón porque lo hice. Fue después de que mi família se enterara de que me había pegado. Mi cuñado fue a hablar con su padre sin que yo me enterara porque estaban preocupados, ya que por entonces yo no era ni capaz de pensar, me había convertido en un trozo de carne lleno de rabia e incomprensión. Mi família pensaba que me drogaba porque mi comportamiento era como el de una adicta, no racionalizaba, no comía, no dormía y no quería vivir. Mi hermana gemela estaba muy mal porque no le dejaba que me ayudara, aunque esto no ha cambiado mucho, no dejo que nadie me ayude cuando estoy mal. Soy de esa manera en la que pienso que nadie puede entender mi dolor, que por mucho que lo intenten no van a sufrir lo que yo sufro, así que prefiero sufrir sola y superarlo.
Después de que mi cuñado hablara con su padre, él ya no quería verme. Unos días después me llamó para que volvieramos a intentarlo, pero esta vez sin peleas. Creo que fue la época más larga que intentó de verdad no hacerme daño, al menos no de una manera tan evidente. No sé como se las arreglaba que al final me tocaba demostrarle que le quería. Él era así. Necesitaba la confirmación de mi adoración por él las 24 horas del día. Así que al final lo hice, aquel tatuaje era pequeño, y su nombre lo ponía en otro idioma, que nadie entendía si no lo traducía yo.
Seis meses después fuí a tapármelo porque necesitaba volar, necesitaba encontrarme a mi misma y ver mundo, experimentar la felicidad de la vida y respirar tranquila, sin miedo, sin rabia y sin odio, yo sola en un mundo que tenía que empezar a entender, yo conmigo misma intentando perdonarme por todo lo que me había hecho.
Entonces decidí que una mariposa sería la sustituta de esa cicatriz que simpre estará ahi. Ni siquiera pude elegir como la quería porque había que tapar mi cicatriz. Me senté y el tatuador me hizo lo que quiso y yo confié en él.

7 comentarios:

Mónica dijo...

me gustan las mariposas...

creo que habrás aprendido a no tatuarte el nombre de nadie, que nunca se sabe...

un besito guapa

Anónimo dijo...

Caer en una relación autodestructiva es mucho más fácil de lo que parece. Me alegro de que hayas podido salir. Un beso.

Ángeles dijo...

jajaja, Mónica si q lo aprendí, aunq por las circunstancias nunca me arrepentí, soy otra persona en un cuerpo q perteneció a alguien.
Gracias Susana, creo que para mi lo más díficil de mi vida fue dejar esa relación.
Besitos

Mónica dijo...

"soy otra persona en un cuerpo q perteneció a alguien."

toma con la frase, te la tomaré prestada...
Yo también soy una persona que perteneció a alguien, aunque no me tatué su nombre no me lo puedo borrar de mi cuerpo...

Un beso guapa

Ángeles dijo...

lo sé Mónica, me he pasado por tu blog!
Pero mi frase tiene doble sentido, el que tu le has dado y que yo era antes otra persona... jajaja como me gusta complicarlo todo :)))

La chica de ayer dijo...

Es una bonita forma de borrar el nombre de ese impresentable. No dejes que nadie te vuelva a hacer eso, NUNCA!!!!

Ángeles dijo...

Hola chica de ayer. Yo saqué un lado positivo a toda esa tormenta, gracias a aquello cambié. Si no hubiera sido por esa etapa creo que siempre hubiera terminado con la misma clase de chicos, de esos que no te dan lo que necesitan, de esos que te hacen sufrir y no son claros. Me has inspirado para un post.
Besitos